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Feministas prenden fuego a un perro vivo en la puerta de una Iglesia por se macho y muere al instante

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Van de progresistas, de pacifistas, de transversales... pero destilan odio al varón y al cristianismo por donde pasan. Da igual Buenos Aires que Madrid, el feminismo actual -que responde a la manipulación de todas sus organizaciones a través de las largas garras y de la financiación internacional mediante de ONGs, creadas ex profeso- ,los esbirros de George Soros- no se detienen ante nada. Ahora prende fuego a un perro vivo en la puerta de una Iglesia. El animal muere tras…

Y no se detienen ante nada. Lo mismo entran con los pechos al aire en la capilla de la española Universidad Complutense de Madrid al grito de "arderéis como en el 36", que prenden fuego a un perro vivo en la puerta de una Iglesia en Argentina que muere tras terrible sufrimiento.

¿Quién en su sano juicio puede prender fuego a un animal vivo como método de protesta contra nada ni contra nadie?

Ellas, las femiestalinistas, una patología crónica, contagiosa y muy difícil de curar.

Una pandemia que invade el mundo con su agenda del Nuevo Orden Mundial  y que debemos combatir unidos, a uno y otro lado del Atlántico, para impedir que acabe contagiando a toda la población hispanoamérica.

Esta es la locura de la "ideología de género".

Esta es la demencia, la perturbación mental, la esquizofrenia colectiva del feminismo: más de 50.000 locas "de atar"-ante la parroquia de la Escuela María Auxiliadora que los Salesianos tienen en la ciudad argentina de Trelew- lanzan cócteles molotov contra la fachada de la capilla, realizan pintadas y teriminan prendiendo fuego a un perro vivo ante las puertas del templo.

Estas feministas son también animalistas y en España asisten a las manifestaciones en contra de las corridas de toros. Demagogas, falsas, peligrosas, inhumanas... un peligro para la sociedad occidental, una lacra que resulta imprescindible erradicar de nuestras sociedades.

El feminismo, se ha convertido en el mayor enemigo de la mujer, de su feminidad, de sus valores, de su sus derechos y de su dignidad como ser humano.

De momento queman un perro en la puerta de un Iglesia. Lo próximo será prender fuego a un varón a las puertas del Consejo General del Poder Judicial... o del Congreso de los Diputados.
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